Pobre de mí, SanFermín y abusos
Por: Alberto Amórtegui
Cantaron a las 12 de la noche los compungidos participantes de San Fermín.
Durante 9 días los pamploneses desbordan y se ven
desbordados de alcohol, toros, aplastamientos, corneadas, robos , agresiones y abusos
enmarcados en esta fiesta roja y
blanca que tienen su origen en
épocas medievales.
Aquello que era una rutina de los pastores entrando los
toros al pueblo se convierto en encierro (antes era entrada) y se
corren por primera vez por Lacalle estafeta.
Dicen las crónicas que los primeros en
desafiar las prohibiciones que impedían correr delante de los astados fueron
los carniceros del Mercado de Santo Domingo, situado junto a la cuesta del
mismo nombre. En 1867 el consistorio dicta un bando para reglamentar la
carrera, y se documenta el primer "montón".
Fue en 1926
cuando al escritor Ernest Hemingway se le ocurrió la feliz idea de escribir “ Fiesta” El mejor boom publicitario
de los que se tengan historia, leído mundialmente atrajo tanto la atención de
extranjeros y nacionales que pamplona durante esta semana de fiestas pasa de
190.000 habitantes a más de 1.000.000 de personas.
Pero aquí poco me interesan los astados, el encierro, y las
corridas, elementos que opacan bajo una capa mal oliente de vino y bonito
muchas otras actividades de tipo cultural.
Me interesa la otra parte, aquella que envilece una fiesta
ya por si vil con el trato a los animales, la actitud malandrina y machista que
aprovechan cualquier ocasión para que desde la impunidad del montón comentan
sus abusos. El numero de violaciones y agresiones a mujeres va en aumento sin
que al respecto se haga algo.
Una chica sube a
los hombros de un joven durante el chupinazo. Puede que la chica se quite la
camiseta si le apetece y que haga lo mismo con el sujetador si así le parece.
Lo que no es
correcto es que ellos, en su orgía interior de Calimocho (mezcla de vino y
refresco) , toros y testosterona, no se preguntan si ella desea ser tocada o no.
Lo hacen simplemente porque si hay una teta, se ven con derecho a tocarla
usando y abusando a la mujer.
Imágenes que
tienen algo en común: decenas de manos rompen la ropa de la chica y manosean absolutamente todo lo que desean
sin, por supuesto, esperar consentimiento.
Sobre ellas. No
tengo nada que decir, si quieren ejercen
su derecho a desnudarse que lo hagan. Es estupendo ponerse en cueros pero ello no
es una invitación al baboseo ni significa
que hay barra libre.
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