Tele-Visiones

Tele-Visiones Autonómicas

Por: Alberto Amórtegui

Ya lo decía Greene, Graham: "Medios de comunicación es sólo una palabra que ha venido a significar mal periodismo "

Jode Muchísimo que cierren un canal autonómico, como ha pasado con Canal 9, la TV de la Comunidad Valenciana, lo cual tuvo lugar hace algunos días, en riguroso directo pasó a negro la señal que emitía.
De un plumazo se lo cargaron, y seguramente este hecho volverá a ocurrir con otros canales entre los que se puede perfilar Tele-Madrid.
Y jode mucho que a una comunidad se le niegue un medio de difusión que bien podía representar su sentir sobre su actualidad, su cultura y sus valores.

Sin embargo, hay algo que ha ocurrido a lo largo de estas historias de despilfarro, enchufados y saqueadores, recortes de plantillas, EREs y demás, sobra decir que los informativos estuvieron al servicio de políticos y no de su esencia de ser y hacer.
Y eso es el silencio cómplice de los “muchos”, desde las mismas Comunidades, que no se identificaron con un canal de su propiedad, pasando por sus empleados y terminando por sus sindicatos.

¿Qué ha pasado? Tengo la sensación de que la cuchara amordazó muchas plumas, muchos micrófonos, muchos titulares…
¿Y los sindicatos? ¿Y la libertad de expresión?... Me parece incompresible que en una televisión autonómica un sindicato no haya podido acordar al menos media hora de programación digna y libre a la semana para decir lo que está ocurriendo.

Un programa independiente de la mafia política, en manos de los trabajadores para poder mantener un espacio de expresión y comunicación bilateral entre comunidades y trabajadores para que todos estén informados. Esto repercutiría en una defensa permanente porque tanto unos como otros se verían representados.

Podemos decir la frase celebre de la película Casa Blanca “ siempre nos quedará París, aunque sería mejor usar la de George Orwell "En tiempos de engaño universal, decir la verdad se convierte en un acto revolucionario" y esa debería ser la premisa del buen periodismo, por encima de todas las cosas, sobre la cuchara mordaza y la amenaza. Decir la verdad nos salva y nos permite vivir dignos